Proveedor de máquinas de reciclaje de plástico: saber hacer, proporcionar claves, crear valor.
En los últimos años, el problema de la contaminación marina por plástico se ha vuelto cada vez más grave y existe una necesidad urgente de encontrar soluciones efectivas. Recientemente, investigadores del Instituto Holandés de Oceanografía (NIOZ) han descubierto que un hongo que vive en el océano puede degradar el plástico polietileno (PE), lo que aporta nuevas esperanzas para resolver este problema medioambiental global. Los resultados de la investigación fueron publicados en la revista Science of the Total Environment.
Degradadores de plástico en el océano
Este estudio revela que el hongo Parengyodontium album convive con otros microorganismos marinos sobre finas capas de residuos plásticos y es capaz de degradar el polietileno (PE), el plástico más común en el océano. Los microbiólogos marinos de NIOZ, en colaboración con la Universidad de Utrecht, la Ocean Cleanup Foundation e instituciones de investigación en París, Copenhague y St. Gallen, Suiza, ha descubierto que este hongo puede descomponer el PE en dióxido de carbono.
El equipo de investigación está buscando microorganismos que degradan el plástico en puntos críticos de contaminación plástica en el Pacífico Norte. Aislaron hongos marinos a partir de desechos plásticos recolectados y los cultivaron en el laboratorio utilizando plásticos especiales que contienen carbono etiquetado. Las investigaciones han demostrado que P. album casi no utiliza carbono del PE para degradarlo, sino que convierte la mayor parte del PE en dióxido de carbono y lo emite. Aunque este proceso produce dióxido de carbono, un gas de efecto invernadero, su cantidad es equivalente a la emitida por la respiración humana y no traerá nuevos problemas ambientales.
El papel clave de la radiación ultravioleta
Los investigadores también han descubierto que la radiación ultravioleta de la luz solar es crucial para que los hongos utilicen el PE como fuente de energía. En el laboratorio, P. album sólo puede degradar el PE expuesto a la luz ultravioleta, lo que significa que en el océano, este hongo sólo puede degradar el plástico que flota en la superficie del mar. La radiación ultravioleta no sólo puede degradar mecánicamente los plásticos, sino que también promueve el proceso de biodegradación de los hongos marinos.
Potencial de degradación fúngica más profundo.
Aunque P Album no puede degradar el plástico que se hunde profundamente en el océano, los investigadores predicen que puede haber otros hongos no descubiertos en el océano que también pueden degradar el plástico. Los investigadores de NIOZ sugieren que los hongos marinos son capaces de descomponer materiales de carbono complejos, por lo que puede haber más tipos de hongos involucrados en la degradación del plástico.
La urgencia de la contaminación plástica
Cada año, los seres humanos producimos más de 400 mil millones de kilogramos de plástico y se espera que esta cifra al menos se triplique para 2060. Una gran cantidad de residuos plásticos acaban desembocando en el océano, desde las regiones polares hasta los trópicos, flotando en las aguas superficiales y hundiéndose en el fondo marino, formando lo que se conoce como "sopa de plástico". El investigador jefe de NIOZ, Vaksmaa, señaló que una gran cantidad de plástico se acumula en la circulación subtropical, que es casi estacionaria, lo que dificulta que el plástico escape una vez que ingresa. Sólo en la circulación subtropical del Pacífico Norte, aproximadamente 80 millones de kilogramos de plástico han ido a la deriva, lo que la convierte en una de las seis principales circulaciones mundiales.
Con la intensificación de la contaminación plástica global, es particularmente importante buscar y estudiar más microorganismos degradantes del plástico. El descubrimiento de Parengyodontium album nos aporta nuevas soluciones, pero aún necesitamos seguir explorando y encontrar más organismos que puedan degradar los plásticos en diferentes entornos para abordar conjuntamente este desafío global. A través de esfuerzos continuos, se espera que reduzcamos gradualmente la amenaza de la contaminación plástica a los ecosistemas marinos y protejamos el futuro de la Tierra.