Vanuatu, aclamado como «el país más feliz del mundo» y también como «el país más pobre del mundo», posee una filosofía ambiental singular y extraordinaria. Aquí, la gente ha abandonado el uso del plástico y ha retomado un estilo de vida más natural.
Vanuatu, esta pequeña nación insular del Pacífico Sur occidental, puede parecer un destino lejano. Sin embargo, este país, aparentemente subdesarrollado, se convirtió en 2018, a un ritmo asombroso, en el país con la prohibición de plásticos más estricta del mundo. Su baja densidad de población, con tan solo una persona por cada 43.000 metros cuadrados, ha fomentado una filosofía ambiental pionera en este vasto y escasamente poblado entorno.